Un día vinieron unas cartas de Italia en un sobre.
Antes de abrirlo, estábamos muy emocionados por saber lo que había dentro y, al fin, lo abrimos. Eran unas cartas chulísimas.
Hicimos grupos. Yo me puse con Lola y Nerea.
Cada uno leía en voz alta la carta que quería. A mí me gustaron todas las cartas que leyeron mis compañeros.
Mis cartas tenían mucha decoración y también estaban escritas a mano.
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