
Siempre se ponía en la silla de su oficina, ni un minuto más ni un minuto menos.
Pero el hombrecito era gris sólo por fuera, porque por dentro, soñaba con ser un cantante de ópera. Entonces vestiría trajes de colores brillantes. El hombrecito se emocionaba. El hombrecito salió a la terraza a cantar y los vecinos, regando las plantas, sin darse cuenta, le rociaron de agua.
Después de un tiempo, una mañana de primavera, en la oficina, el hombrecito empezó a cantar y Don Perfecto le dijo que si volvía a cantar le echaría a la calle.
Para que no le dieran ganas de cantar durante todo el año se hizo pasar un por un dolor de muelas falso.
Así que, día tras día y año tras año, no podía cantar porque si no perdía el trabajo.
Opinión: me ha encantado el libro y espero que os guste el resumen.
Nathanier
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